

¿Cuántas veces a la semana o incluso al mes te pesas?, o ¿te pones sumamente nervioso minutos antes de subirte a la báscula?, o ¿cuántas veces te has subido a la báscula y el número reflejado ha afectado tu estado de ánimo?
La gran mayoría si no es que todos, solemos aferrarnos a aquel número que vemos en la báscula, y no solo eso, lo peor es que dejamos que ese número dicte nuestro estado de ánimo. Si bajamos 600 gramos por ejemplo nos ponemos felices, contentos, y hasta nosotros mismos nos vemos más delgados, pero si vemos que no se mueve la báscula o que se movió pero unos gramos hacia arriba, nos enojamos, nos frustramos, nos castigamos, nos vemos más “gordos” y nos llegamos a sentir culpables y a veces hasta avergonzados.
Te pregunto, ¿realmente esto es vida o un hábito saludable que nos permite vivir, disfrutar y estar saludable? Se nos olvida que el peso reflejado en una báscula es solo un número, un número que verdaderamente no mide tal cuál nuestro progreso, porque nuestro cuerpo no solo está compuesto o conformado por grasa, también por agua, músculo, huesos, etc.
Nos cuesta trabajo entender esto, pero la realidad es que cuando usamos la báscula para medir nuestro progreso, lo único que hacemos es orillarnos a desarrollar e implementar una relación tóxica con la comida, con nuestra autoimagen corporal y con nuestro auto-valor. Recuerda esto el peso no dicta si estamos saludables o no.