Por Karla Garcia Villalobos Lobo
¿Has sentido o sientes que poco a poco te desvaneces, dejando de ser tú misma para complacer a alguien más? , ¿Qué te sientes atrapada, que se te viene el mundo encima pero no sabes que hacer, ni si volverá a salir el sol?, ¿Ya no sabes ni que te gusta, que quieres, que te apasiona?, ¿Te ves al espejo y no reconoces a la persona que vez?, ¿Te sientes desconectada de tu cuerpo?, Si es así, déjame decirte que no estás sola.
Cuántas de nosotras no nos hemos topado o nos hemos enamorado de alguien que pensábamos que era el "príncipe azul", el "amor de nuestra vida", que nos pintaba todo color rosa, que nos bajaba la luna, el sol, las estrellas y nos supo endulzar el oído hasta lograr que cayéramos redondito. Que al principio aparentaba ser de cierta manera, pero que con el tiempo comenzó a mostrar su verdadera cara. Te hizo sentir que era el único que se iba a fijar en ti, que te iba a querer y amar y por miedo a la soledad normalizaste ciertos comportamientos, actitudes y conductas con tal de no "perderlo" y/o "quedarte sola".
Sé lo que es perderse en el laberinto emocional de una relación destructiva, sacrificando nuestra propia felicidad y bienestar con tal de mantener a flote una conexión que nunca nos nutrió verdaderamente. Sé lo que es preguntarte y cuestionarte si verdaderamente lograrás ser tu misma de nuevo. Sé lo que es sentir miedo. Y también sé lo difícil que es salir de ahí. Pero quiero recordarte una cosa, una relación sentimental requiere de trabajo, pero también debe de ser divertida, aportar alegría, fomentar el crecimiento tanto de pareja como personal, debe promover el bienestar, la felicidad, el respeto y la honestidad. Y absolutamente nadie, en especial tú mereces estar con alguien que haga que dudes de ti misma, que te de miedo, que te menosprecie y que apague tu luz.
Resulta difícil creer cuando las personas te dicen que no es el único, que no te quedarás sola, que llegará alguien mejor, porque te ciega y además, ¿a quién le gusta que la gente le diga lo que debe sentir o esperar?, y más aún cuando se trata de la persona a quien amas y supuestamente te ama.
No sabes lo que me hubiera encantado que en ese momento de verdad alguien pudiera asegurarme que no sería el único y que llegaría alguien más, que me lo afirmarán. Pero ahora entiendo y te comparto esta lección aprendida, la verdadera fortaleza tenía que venir de dentro, y que aunque el camino puede ser difícil y solitario en ocasiones, tenía que aprender a confiar en mí misma y en el poder del tiempo para sanar. Aunque no tenía todas las respuestas, comencé a creer en la posibilidad de un futuro donde el amor pudiera volver a iluminar mi vida.
Sé que hoy en día es o pareciera difícil encontrar a alguien que realmente sepa valorarte, amarte y ayudarte a brillar aún más, pero créeme que todavía existen personas así. Que esa persona llega en el momento menos esperado, pero en el tiempo correcto.
Antes de que llegará esa persona a mi vida. Aquel hombre que hoy es el amor de mi vida y que me enseño lo que es el amor verdadero, lo que se ser amada, valorada, respetada, tomada en cuenta..., tuve mucho trabajo que hacer para reencontrarme. Trabajo que me llevo varios años. Seguro te estarás preguntando ¿cómo y cuál fue el proceso? ¿Qué y cómo le hice?. A continuación te comparto algunas de las cosas que yo hice para reencontrarme, OJO: no es fácil, es mucho trabajo y depende de cada uno nosotros:
Reconocer el patrón: El primer paso fue reconocer el patrón de comportamiento destructivo que había estado presente en mi vida. Reflexione sobre las señales de advertencia que pase por alto y me di cuenta de que merecía más que una relación basada en el control, la manipulación y el abuso emocional.
Permitirme sentir: me permití sentir todas las emociones que surgieron de la experiencia de haber estado en una relación tóxica: la tristeza, la ira, la confusión, el dolor. Entendí que no hay un camino lineal hacia la curación, y que está bien sentirse abrumada en ocasiones. Recuerda que cada emoción es válida y parte del proceso de sanación.
Reconstruí mi autoestima: desde cero, recordándome a mi misma mis cualidades, talentos y valores únicos. Practique el autocuidado y trate de rodearme de personas que me apoyarán y valorarán por quien era y soy.
Establecí límites saludables: Aprendí a establecer límites saludables en mis relaciones, tanto con los demás como conmigo misma. Entendí que no tenía y no tengo que sacrificarme por el bien de los demás, y que está bien decir NO cuando algo no me hace sentir cómoda o segura. Priorice mi bienestar emocional y establecí límites para que me protegieran de futuras situaciones dañinas.
Busque apoyo y ayuda: No enfrente este proceso de recuperación sola. Busque el apoyo de amigos de confianza, familiares y de un profesional de la salud mental que me ayudo a navegar por mis emociones y a sanar. El proceso de recuperación fue difícil, pero con el apoyo adecuado, pude superarlo.
Si te has perdido o te sientes perdida por un hombre tóxico, recuerda que eres fuerte, valiente y digna de amor y respeto. No permitas que una relación pasada defina tu valía. Hoy es el comienzo de un nuevo capítulo en el que puedes reclamar tu poder y tu esencia perdida. Recuerda siempre que mereces una relación basada en el amor, el respeto y la reciprocidad, y que tienes el poder de construir la vida y el amor que realmente te mereces. No tengas miedo de salir de ahí y buscar la felicidad que mereces.
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