por Daniela Roldan Barrios
¿Alguna vez has comido en piloto automático, sin darte cuenta de lo que hacías? ¿Alguna vez has comido hasta sentirte sobre satisfecho o, por el contrario, has pasado horas sin comer ni sentir hambre? ¿Alguna vez has comido por aburrimiento? Si la respuesta a estas preguntas es sí, no te preocupes, no eres la única persona a la que le pasa, pues hemos normalizado el desconectarnos de nuestras señales y necesidades corporales al momento de comer. Sin embargo, hoy te traigo una herramienta de vida que lo que busca es llevar a la gente a vivir una experiencia satisfactoria, saludable y placentera al momento de comer, para mejorar su relación con la comida. Esta herramienta es la alimentación consciente…
La alimentación consciente (conocida como mindful eating en inglés), es una de las ramas de la filosofía del Mindfulness, la cual nos invita a vivir la experiencia de comer en el momento presente. No. No es una dieta, pues no se centra en controlar antojos ni contar calorías, sino más bien, en vivir conscientemente el momento de alimentarnos para satisfacer nuestras necesidades, tanto de hambre como de saciedad. No busca la pérdida de peso, sino darle el valor que tiene el instante de alimentarnos atentamente, invitándonos a poner todos nuestros sentidos en el proceso. No son un conjunto de reglas o pasos, sino que es una experiencia individual.
Como ves, no se trata comer por comer, sino de ESTAR EN EL MOMENTO PRESENTE y alimentarnos en esa presencia según nuestras necesidades.
Ahora te preguntarás ¿cómo empiezo a comer de forma consciente? Lo mejor sería que un profesional en el tema te ayude, sin embargo, te comparto algunas ideas que te pueden orientar:
Antes de comenzar a comer pregúntate ¿cuánta hambre tengo? ¿de qué tengo hambre?
Prepara con amor el lugar donde vayas a comer: siéntate en una mesa dónde te sientas cómodo y el ambiente esté tranquilo.
Evita comer parado y sin distractores (celular, computadora, televisor)
Antes de comenzar a comer, realiza tres respiraciones profundas.
Come despacio, prestando atención a los sabores, texturas, colores y sonidos de la comida.
Deja los cubiertos en ciertos momentos para percibir tus señales de saciedad.
Cuando te sientas satisfecho, termina de comer y espera de 10 a 20 minutos; en caso de que sigas teniendo hambre, como hasta sentirte satisfecho.
Disfruta tu comida, la satisfacción también es emocional.
Lleva un diario de cómo te sientes en cada comida.
Y es así como la alimentación consciente nos invita a aumentar nuestra confianza corporal, desde una perspectiva de aceptación y sin juicios. Nos anima a apreciar todos los alimentos en lugar de restringirlos o categorizarlos, al tener una mente de principiante, disfrutando pacientemente de cada momento con plena consciencia. El alimentarnos de manera consciente, nos ayuda a reconectarnos con nosotros mismos, venciendo las creencias limitantes de la cultura de la dieta, llegando a tener una mejor relación con la comida, con nuestro cuerpo y a la vez una alimentación más integral.
Ahora ya conoces el valor de la alimentación consciente y su impacto en tu salud. Atrévete a alimentarte con consciencia y desde el amor.
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