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Lo que nunca te han dicho de las dietas

Por Tere Flores



Nuestra Sociedad está rodeada de estándares de belleza que han dañado por completo nuestra relación con la comida y nuestro cuerpo. Nos han hecho someternos a planes alimenticios extremos, compensar lo que ingerimos, restringir y sacar por completo tipos de alimentos, todas estas conductas tienen una conexión muy directa con el desarrollo de un trastorno de la conducta alimentaria (TCA). El día de hoy quiero desmentir algunos mitos sobre las dietas, las conductas compensatorias y su riesgo hacia la salud.


Para comenzar, científicamente la palabra “dieta”, no se refiere a seguir un plan alimenticio por un periodo de tiempo para perder peso. Esta palabra realmente significa “todos los alimentos que una persona consume día a día” por lo tanto esos alimentos y la cantidad cambiarán todos los días y de persona a persona. No importa que, y cuanta cantidad consumas, esos alimentos serán parte de tu dieta diaria.


Entonces, ¿cómo le llamamos a lo que conocemos como “dieta”? El término correcto sería: plan alimenticio restrictivo. Estos planes restringen tipos de alimentos y nutrientes esenciales para el cuerpo, y someten al cuerpo a un estrés y hambruna extrema. Lo que es aún peor, es que el 95% de las personas que realizan un plan de este tipo, recuperan el mismo o más peso del que perdieron, lo que significa que no es sostenible a largo plazo.


El gran problema de estos planes restrictivos es que están al alcance de todas las personas, y se han vuelto algo súper común que hay niños de 9 años siguiéndolos. Como no hay un control de quien, y como se están realizando estos planes, las personas empiezan a tener una mala relación con la comida, dañan su salud física, mental y social y más tarde todo esto se puede convertir en un trastorno de la conducta alimentaria.

Como verás estos planes restrictivos hacen más daño de lo que creíamos, y no nos dan ningún beneficio. Aunque la sociedad nos diga que nos darán beneficios, siempre tenemos que tener en mente que la salud es integral e individualizada, y la mejor forma de comer es escuchando al cuerpo. Tenemos que dejar de normalizar el matarnos de hambre como algo bueno.


Pero no solo eso, también hay que dejar de normalizar las conductas compensatorias de riesgo, que se conectan aún más con los trastornos alimenticios. Están tan normalizadas que muchas veces pasan desapercibidas en nuestra sociedad. Aquí hay algunos ejemplos:

  • Masticar chicle, tomar café o té en vez de comer para calmar el hambre

  • Hacer ejercicio después de comer para poder quemar lo que comiste, o hacer ejercicio para ganarse la comida

  • Ayunos de cualquier tipo para poder ahorrar calorías

  • Comer solo una porción de algo cuando tu cuerpo pedía 2 o decir que ya estás lleno cuando todavía tienes hambre

  • No comer algo después de cierta hora, o sólo en un horario en específico

  • No comer porque no te lo mereces o castigarte por comer algo

  • Excluir tipos de alimentos

  • No pedir lo que se antojaba del menú para pedir algo más “fit”

Y aún muchos más ejemplos de estas conductas. Tenemos que dejar de normalizarlas, porque se disfrazan de algo muy saludable, de lo que la cultura de la dieta alaba, cuando realmente solo impactan de forma negativa nuestra salud y la relación que tenemos con nuestro cuerpo y la comida. No son el camino correcto hacia una mejor versión de nosotros, no es el camino hacia la salud.

Hoy te recuerdo que debemos encontrar nuestra salud desde el amor, no habrá forma de encontrarla si torturamos a nuestro cuerpo, mente y alma con lo que la sociedad nos dice que está bien. No significa que todo lo que sociedad diga es mentira, sino solo hay que tener cuidado, analizar lo que nos dicen y actuar siempre buscando lo mejor para nosotros y nuestra salud.



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