Es muy común que todo el tiempo estemos preocupadas por las calorías en general. Quiero llevarte un poco atrás, ¿Recuerdas realmente a qué edad empezaste a pensar, contar o preocuparte por las calorías?, ¿Te acuerdas de tu adolescencia?, bueno, pues es en esta etapa en la que empezamos por lo general a escuchar, leer, ver y oír hablar sobre las calorías y su "significado". En donde, a raíz de las críticas, las pláticas y opiniones de los demás generamos un criterio y construimos nuestra propia definición relacionándolas con grasa excesiva, grasa mala y todos estos adjetivos que califican, "representan", hacen referencia y "describen" a la palabra “gordura”, un estereotipo impuesto por la sociedad y usado para categorizar a todas aquellas personas con curvas, pliegues en el abdomen, huesos más anchos y cuerpos "no estéticos" por ser más pronunciados o bien cuerpos con más volumen.
Pero, ¿cuáles son realmente las calorías buenas que debo de consumir al día?, si estás aquí esperando tener una respuesta numérica, debo decir que estás en el sitio equivocado, porque las calorías son energía. Del tipo de energía que nos permite vivir, disfrutar, sentir, ser, bailar, amar, llorar, reír, sonreír, entre muchas otras cosas.
1 caloría de responsabilidad
Pasamos la vida haciéndonos las víctimas cuando algo no nos sale bien en vez de actuar, tomar la batuta, soltar la culpa y abrazar la responsabilidad. Sabemos que siempre nuestros actos tendrán una consecuencia ya sea buena o mala dependiendo de nuestras acciones y además sabemos que las cosas no siempre van a salir como esperamos, pero aún así cuesta. Nos cuesta asumir nuestras propias responsabilidades porque nos da miedo aceptar que nos hemos equivocado, que hemos fallado e incluso que hemos fracasado. Con tan solo escuchar esa palabra pensamos que el fracasar es algo malo cuando realmente no lo es. Nos han enseñado y educado a pensar que una persona que fracasa pierde valor, es rechazada y a veces que ni futuro tiene. ¿Pero qué crees?, fracasar, equivocarte e incluso fallar no te hace peor, al contrario te ayuda y te da la oportunidad de crecer, aprender, mejorar y transformarte.
Recuerda que eres la única persona que verdaderamente puede cambiar el rumbo de tu vida. Aprende a asumir la culpa cuando realmente sea tuya y luego a soltarla. En vez de preocuparte, ocúpate, toma acción, si algo no te sale o te sale mal, asume la responsabilidad, aprende de la experiencia y permítete volver a intentarlo y mejorarlo.
Deja de mirar a la o al de a lado y comienza a mirarte y preocuparte por ti. Un paso a la vez, una responsabilidad al día. Deja de echarle la culpa a los demás por todo aquello que no logras cumplir o alcanzar, y deja de analizar a los demás, mejor comienza a analizarte a ti y detecta aquello que estás haciendo bien y lo que estás haciendo mal para poder corregirlo y mejorarlo.
No tengas miedo y no te niegues a asumir la responsabilidad de tus propios actos, porque si te niegas jamás te darás la oportunidad de encontrarte, de crecer, de florecer y de brillar. Analízate y trata de encontrar algo que puedas mejorar de ti cada día, toma acción, aprende y crece.
3 calorías de perdón
Constantemente vivimos en el pasado, recordando todo aquello negativo que nos causó dolor en su momento o que hicimos mal y que dejamos que siga presente en nuestra vida porque nos aferramos a ello.
Si de por sí, nos cuesta pedirle perdón a alguien, imagínate cuánto nos cuesta pedirnos a nosotros mismos perdón, el triple de trabajo, ¿estás de acuerdo?. Y nos cuesta porque somos los jueces más duros, sobre todo con nosotros mismos, nos autojuzgamos y autocríticamos más veces de las que nos autoelegiamos y felicitamos por aquello que hemos hecho bien. Nos empeñamos en recordarnos y enfatizar todo aquello que hemos hecho mal, en vez de comenzar a fijarnos en todas aquellas cosas que hemos hecho bien, de aplaudirnos y festejar cada vez que logramos concretar o cumplir una pequeña meta, que por más pequeña que sea, te costo y mucho llegar a ella.
Pero, ¿Qué pasaría si comenzáramos a perdonarnos a nosotras mismas?, ¿si te permitieras ser, vivir, disfrutar de todo lo bueno que venga y se te presente?, ¿Sí, te aprobarás y comenzarás a soltarte y liberarte?
Cuando no somos capaces de perdonarnos, nos aferramos a sentimientos dolorosos, y nos juzgamos constantemente; nos impedimos crecer, desarrollarnos a nivel personal y a la larga a nivel profesional, quedándonos en el estancamiento total. Nos han enseñado y hemos aprendido a qué el débil y el vencido es aquel que perdona y pide perdón, cuando la realidad es totalmente otra. La ganadora y la fuerte es aquella que reconoce, que toma la batuta, la responsabilidad, acepta sus problemas y errores y ve estos como una oportunidad para crecer.
Mujer, renuncia a 3 sentimientos dolorosos cada día y deja que lo que los provocó se marche. Apruébate y disfruta de lo bueno cuando venga. Aprende a soltar y libérate porque eres tú la que se beneficia.
1 caloría de decoración
Buscamos a través de nuestra apariencia la aprobación de los demás. Constantemente nos comparamos y buscamos parecernos, vestirnos, vernos y ser como alguien más, olvidándonos de una cosa sumamente importante, brillar con nuestra propia luz y descubrirnos. Basamos y medimos nuestro valor de acuerdo a las opiniones que los demás de nosotros, en vez de ser auténticas y mostrar quién realmente somos, imitamos, fingimos y somos la expectativa que tienen de nosotros y todo por querer encajar y ser aceptada.
Pero, ¿qué crees mujer?, que el único “like” que vale es el tuyo. Que compararnos, querernos parecer, ser o imitar a alguien más no nos llevará a ningún lugar. Que nuestro valor no se basa, ni se mide en nuestro aspecto físico, porque somos mucho más que eso. Que la autenticidad, originalidad, autoconocimiento, autoaceptación, el autorespeto y el amor propio son las cosas, los factores que influirán en nosotras y nos llevarán lejos.
Por qué no comenzar a vestirnos y decorarnos a nuestra conveniencia y buen parecer. Por qué no mostrar el brillo y nuestra propia luz resaltando el glamour que llevamos dentro. Por qué no comenzar a lucir y sacar tu propia belleza interior al exterior mostrando quien realmente eres, vistiéndote para ti bajo tus propios parámetros, luciendo tu propia personalidad a través tu estilo y resaltando esa hermosa curva que tienes, tu sonrisa e inigualable identidad.
Todos los días vístete y decórate a tu conveniencia y buen parecer, porque no tienes que parecerte a nadie en especial. Lo importante no es ser bello o bella, sino gustarse a uno mismo y siempre lucir tu verdadera esencia, porque como tu no hay ninguna.
1000 calorías de actitud
Nos cuesta trabajo confiar en nosotras mismas, dar esos primeros pasos, porque tenemos miedo. Miedo a ser juzgadas y a ser criticadas. Casi todas solemos caminar muchas veces con la cabeza agachada y la espalda encorvada. Nos abstenemos a hacer todas aquellas cosas que realmente nos gustan o que quisiéramos hacer porque dudamos de nosotras mismas y porque permitimos que todo aquello que dicen de nosotras nos afecte.
Pero mujer, ya no más, tu puedes lograr todo lo que te propones, eres capaz de conseguir eso que tanto quieres y mucho más. Es tiempo de que confíes en ti, que camines hacia delante con la cabeza bien alta, seas más optimista, visualices y establezcas objetivos que te motiven día tras días y que con esa personalidad tuya pises bien fuerte y conquistes al mundo.
La gente va a hablar, va criticar porque así es la sociedad y porque ven en nosotros aquello que no les gusta de su propia persona. Así que la próxima vez que hablen de ti o te digan algo, pisotea bien fuerte esa “critica constructiva”, no te detengas y sigue caminando hacia adelante. “Jamás aceptes criticas constructivas de personas que no han construido nada”.
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